Tener que plasmar una experiencia vivida durante 5 meses es muy difícil, cuando uno realmente sabe desde el comienzo que no le alcanzan las palabras.
Vivir cinco meses en Israel, me brindó la posibilidad de crecer tanto personal como profesionalmente. Me permitió encontrarme con un mundo nuevo de desafíos, poder conocerme en nuevas situaciones y poder insertarme aunque sea un poco en esta sociedad que tanto me gusta.
Empecé mi pasantía en ASSAF, una ONG de refugiados africanos que se encarga específicamente del apoyo psico-social y acompañamiento de los mismos. Allí trabajé con un grupo de adolescentes en el “Youth Club”, un espacio dedicado a brindar contención y a la vez es un lugar recreativo, en donde cada día se realizaban distintas actividades. Haber estado ahí cambió mi concepción de muchas cosas, me abrió la cabeza y me permitió abrirme a gente que jamás pensé que podría llegar a conocer y que hoy en día quiero mucho.
Tiempo después de haber comenzado en ASSAF, decidí hacer un voluntariado a la par en “Chimes Israel”, un jardín para chicos con discapacidades en el desarrollo intelectual y/o físico. Allí tuve la oportunidad de interiorizarme más con mi carrera y seguir creciendo profesionalmente.
Sinceramente, para mí todos tendrían que hacer un plan MASA… ¡Es realmente increíble todo lo que se puede hacer, aprender y vivir!
